
Actualidad: Si bien es cierto que la vivienda vuelve a copar titulares, pues su precio se sitúa ya en valores similares a los de 2007. Como el número de operaciones anuales, la menor producción de vivienda de obra nueva (y con ello, menos stock), el menor endeudamiento de las familias o un sector bancario mucho más estricto en la concesión de crédito son puntos clave que no vivimos en pleno boom.
Indicadores de riesgo bancario: Se trata de los indicadores de riesgo hipotecario, cuya evolución permite saber el comportamiento de las entidades bancarias en relación con la solicitud de hipotecas por parte de los clientes, y con ello, el estado actual del sector financiero.
-La ratio préstamo a valor.
-El perfil del hipotecado (tipo de contrato laboral).
-La ratio entre la cuota mensual de la hipoteca y los ingresos del hipotecado.
-La duración de la hipoteca.
Ratio préstamo a valor: indica qué parte de la vivienda financia el banco y qué parte debe aportar el comprador con ahorros propios. Esto es clave tanto para evaluar la solvencia del cliente como para determinar el riesgo de ese crédito.
Tipo de contrato laboral del hipotecado: Antes de la crisis, muchos bancos concedían hipotecas a personas con contratos temporales o inestables, e incluso sin apenas ahorros previos ni garantías.
Esto generó: -Altas ratios de endeudamiento.
-Altos LTV.
-Riesgo de impagos masivos en cuanto la economía se debilitó o subieron los tipos de interés.
-Ratio entre la cuota mensual de la hipoteca y los ingresos del hipotecado
Esta ratio, también conocida como ratio de endeudamiento, mide la proporción entre la cuota mensual de la hipoteca y los ingresos netos mensuales del hipotecado.
Duración de la hipoteca: Las hipotecas actuales duran una media de 28 años, mientras que en 2007 solían superar los 35 años, y muchas de ellas llegaban incluso a los 40 años.
Del «crédito fácil» al crédito contenido: las hipotecas actuales responden a una capacidad de pago más lógica y asumible para el ciudadano.Prueba de ello es que, por ejemplo, el 69% de las hipotecas concedidas en el 1 semestre de 2025 lo han sido a tipo de interés fijo.
Para el hipotecado esto supone:-Estabilidad en las cuotas. El hipotecado sabe que la cuota de la hipoteca siempre será la misma. Sin afectarle la subida o bajada de los tipos de interés.
-Esto aporta tranquilidad y permite la previsión para organizar las finanzas familiares a corto y largo plazo.
Desajuste entre oferta y demanda: El calentamiento del mercado inmobiliario responde a un profundo desajuste entre oferta y demanda, con una oferta escasa que no llega a cubrir toda la demanda activa.